Leal: Clan Figueroa “es una estructura de carácter mafioso con componentes de señor feudal”
El director de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Ministerio del Interior explicó cómo operaba el grupo criminal que creó un fuerte en el Complejo Quevedo en Flor de Maroñas.
Entrevistado en Así nos va, Leal dijo que el clan había fortificado la zona e impedido el acceso a las personas que no tenían identificadas. “Instalaron un sistema de 36 cámaras de videovigilancia y la base estaba en la casa de la persona referente del grupo”, contó.
El jerarca explicó que primero ocuparon una vivienda en la que instalaron una boca de venta de drogas y luego ocuparon otra en la que pusieron un almacén. “En la boca de venta de drogas tenían tres cámaras, puerta con enchapado de hierro y una cantidad importante de seguridad. Controlaban a los empleados”. Además, se habían apoderado de los lugares comunes de los edificios y utilizaban los ductos para guardar armas y droga.
“Las personas detenidas son las principales responsables de la organización. Tienen antecedentes penales; la principal referente tiene 3 y su pareja 4. Algunos vinculados al narcotráfico, hurto y lesiones”, agregó y destacó que “el negocio es el mismo [que Los Chingas]” pero “la estructura de control tiene diferencias” por el “escenario urbano”. “En Unidad Misiones no cercaron”, subrayó.
Leal también contó que el grupo tenía un “sistema de fiado generoso” en el almacén que iba generando “deudas” que luego se pagaban con “silencio y lealtad”, el cual llevará un tiempo desarticular. “La capacidad de confiar de las personas en las instituciones tiene que ver con los resultados. Si denuncio pero entran por una puerta del juzgado y se van por la otra, la desmoralización de la gente es importante. En este proceso hay un trabajo de construcción de confianza basado en garantías, certezas y palabras”, agregó.
El jerarca del Ministerio del Interior también explicó qué para que se instalen estos grupos deben ocurrir tres escenarios: el primero es la decisión de un grupo de actuar, el segundo es que haya un escenario urbano que lo permita y el tercero es que se produzca un alejamiento de la institucionalidad. En este caso, había una “presencia tenue” del Estado, reconoció.
“Si no hubiéramos intervenido con la contundencia que lo estamos haciendo [en Unidad Misiones], la gobernabilidad en el mediano plazo iba a ser compleja. Estaba ocurriendo en un lugar muy visible para la cultura criminal”, agregó.
Leal también se refirió a la modalidad de combate a estos grupos y dijo que es mejor investigar más para ser “quirúrgico y contundente en las intervenciones”. “Aquí no se necesita hacer una razzia, sacar el Ejército a la calle y volar con todo”.
“Hay un proyecto que implica crear una dirección nacional de investigaciones para mejorar la persecución penal, investigación y evidencia. Creo que el diseño institucional se está ajustando porque va cambiando la modalidad delictiva. Esta dinámica es nueva en su escala, violencia y decisión de instalarse. No vamos a dejar que se instalen en Uruguay”, sentenció.
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