Decano de Facultad de Enfermería: La población se conformó con una atención que no corresponde con la que el sistema le tiene que ofrecer
El decano de la Facultad de Enfermería de la Universidad de la República, Fernando Bertolotto, se refirió en Informativo Carve del Mediodía a la situación actual de la carrera en Uruguay, la falta de funcionarios en el ámbito médico y las principales problemáticas del sector.
Bertolotto aseguró que a nivel país hay una faltante de unos nueve mil licenciados en Enfermería. Según destacó, la pandemia impactó directamente en la enseñanza y provocó cierto rezago en los estudiantes debido a que no pudieron realizar las prácticas correspondiente, y generó un acumulado de estudiantes, muchos de los cuales se quedaron sin lugares para realizar el trabajo de campo clínico.
En Uruguay existe una fila activa de nueve mil estudiantes de enfermería y 3.700 están rezagados.
“Es muy importante el déficit de enfermeros profesionales que hay, tanto en Uruguay como en el mundo. La Organización Mundial de la Salud estima que faltan 9 millones de licenciados en el mundo. Esto es muy grave”, señaló.
En esta línea, apunto que cuando el licenciado no está en el sistema, la calidad asistencial cae. “Eso está estudiado y hay evidencia científica que lo ha demostrado, resaltó”.
“Personal de enfermería en Uruguay hay seguramente los suficientes. Todos los cargos dispuestos para enfermería están ocupados, el problema es que no están ocupados con quienes corresponde. Tenemos el problema de que, como hay un déficit de licenciados universitarios, muchos de esos cargos, tareas o funciones que por ley son asignadas a un profesional las están cumpliendo los auxiliares de enfermería, y no tienen para nada la misma formación”, agregó Bertolotto.
Además, opinó que “la salud en Uruguay está muy mercantilizada”, eso provoca que se opte por contratar auxiliares de enfermería en vez de licenciados. Sin embargo, esto lleva a que la calidad que se ofrece sea peor.
“El mercado se conforma y tenemos una población que está mal educada respecto a sus derechos y la exigencia de calidad de servicio, y termina acostumbrándose o aceptando un nivel de servicio que no corresponde a lo que el Sistema Nacional de Servicios le debe ofrecer”, resaltó.
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