Los riesgos de los videojuegos ante la criminalidad organizada transnacional

Parece inverosímil que desde un video juego se pueda reclutar, entrenar y darle instrucciones a un terrorista, pero es así, dice Maximiliano Scarimbolo, experto convocado por el espacio Vivir Seguros, para abordar el tema de los riesgos de los videojuegos en el marco de la criminalidad internacional. Investigador y docente universitario, Scarimbolo es además Licenciado en Tecnologías aplicadas a la Seguridad, especializado en Ciberterrorismo, Seguridad de la Información, Seguridad Electrónica y Comunicaciones. Actualmente radicado en Buenos Aires, está a cargo del área Protección Tecnológica y Comunicaciones del Jefe de Gobierno de Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), con énfasis en el desarrollo e implementación del Centro de Monitoreo Urbano (Videovigilancia) de la Ciudad.

Hay juegos de extrema violencia a lo que se suma la incorporación de roles, por lo cual quien juega toma ese papel del criminal o del terrorista en el campo de combate, dice el experto. Esto hace que a veces se esté a un “click” de pasar de la virtualidad a la realidad, porque hay organizaciones que observan remotamente las características de los jugadores y si, eventualmente, pueden servir a sus objetivos criminales.

Hay una primera fase de captación sobre todo en edades jóvenes, donde se analiza la tendencia de los jugadores a desarrollar manifestaciones de violencia creciente, dice Scarimbolo, quien agrega que ya hay carteles mexicanos y de otros países de la región que apelan a este sistema de reclutamiento. Luego de esto se desarrolla otra fase que es la del entrenamiento, y que busca insensibilizar a los futuros integrantes sobre los efectos de esa violencia que, en los video juegos, parece inocua.