El atracón | La teoría de las ventanas rotas

 El atracón | La teoría de las ventanas rotas

El jueves 26 se estrena la película uruguaya “La teoría de los vidrios rotos”, una comedia negra refrescante y muy entretenida, que se basa en una teoría criminalística denominada “la teoría de las ventanas rotas”.

Su origen se remonta a 1969, cuando el psicólogo de la Universidad de Stanford, Philip Zimbardo, hizo un experimento, que se centró en dejar abandonados dos autos, sin matrículas y con las puertas abiertas, uno en el Bronx neoyorquino y otro en un barrio rico de Palo Alto, en California.

En el Bronx, a los die minutos empezaron a robar partes del auto. A los tres días no había nada de valor, y ahí empezaron a destrozarlo. En cambio, y a pesar de que estaba igual que el del Bronx, durante una semana no pasó nada con el auto abandonado en Palo Alto.

A la semana, Zimbardo golpeó algunas partes de la carrocería con un martillo, y a partir de eso, de que el auto no estuviera en óptimas condiciones, pasó que en pocas horas quedó tan destrozado como el del Bronx.

13 años después, dos criminólogos, James Wilson y George Kelling, elaboraron una teoría a partir del experimento de Zimbardo: si en un edificio aparece una ventana rota, y no se arregla pronto, inmediatamente el resto de ventanas van a ser destrozadas. Porque una ventana rota envía un mensaje: nadie cuida ni protege el edificio.

La puesta en práctica de esta teoría fue el buque insignia de Rudolph Giuliani cuando asumió como alcalde de Nueva York en los 90.

Esta brevemente es la historia, pero, ¿es válida la teoría de las ventanas rotas? ¿Es útil? ¿Es peligrosa? Sobre este asunto hablamos con el doctor en criminología, Nicolás Trajtenberg.

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