Oscar, a pesar de todo
En una ceremonia inusual con un mínimo de espectadores y el consabido distanciamiento social, se entregaron el domingo las estatuillas del publicitado premio de la Academia de Hollywood. Una entrega sobria, sin grandes despliegues, acotada, frecuentemente tediosa y con alguna impensada novedad: el premio a mejor película no cerró la ceremonia como era habitual.